Los hábitos
¿Qué es un hábito?
Es una conducta o
comportamiento aprendido que se repite continuamente, o sea, es un modo de
proceder o de conducirse de manera correcta, adquirido por la repetición de un
acto o conducta, así como también por la tendencia instintiva. Proviene del
verbo griego “habitus” que quiere decir costumbre.
Esta definición de lo
que es un hábito implica una gama de comportamientos o costumbres que se dan
por la práctica cotidiana de rutinas. La mayoría de los hábitos o rutinas que
se aplican permiten que las personas puedan vivir sin pensar a cada momento en
lo que tiene que hacer para cumplirlos. El tener buenos hábitos permitirá a las
personas ser aceptada por la familia y por quienes le rodean, puesto que se comportará
de manera correcta, lo que le dará seguridad en las actividades que realiza y
le permitirá vivir feliz.
¿Qué son las rutinas?
Los hábitos son parten
importante de la vida diaria. Cada persona tiene sus propias rutinas que repite
todos los días hasta que estas se conviertan en hábitos los cuales realiza de
manera inconsciente, como pueden ser:
- Cepillarse los dientes.
- Levantarse diariamente a la misma hora, aun sin tener despertador.
- Acostarse del mismo lado.
- Caminar de una cierta forma.
Todas estas rutinas se
hacen de manera automática y sin pensarlas por la frecuencia en que se repiten,
por lo que al realizarlas permiten ocupar la mente en otras cosas. Un ejemplo
de un ritual en la vida de un niño pequeño
es a hora de acostarse, se le llama rutina porque se efectúa a diario y tiene
varios pasos a seguir como lo son: quitarse la ropa de calle para ponerse la
ropa de dormir, cepillarse los dientes, sentarse en la cama siempre del mismo
lado y retirarse las pantuflas para acostarse, poner la almohada siempre de la
misma manera y esperar a que venga mama o papa a orar o a leer un cuento para
terminar en paz el día, al terminar lo cubren con una manta y le dan un beso deseándole
una buena noche.
Esta rutina puede
repetirse durante años cada noche, hasta convertirse en un habito muy valioso.
Reglas para el fomento
de hábitos
El cumplimiento de
rutinas es benéfico para los niños, pues de esta forma se fomentara en ellos la
formación de hábitos adecuados para su vida, sin embargo, para conseguir una práctica
continua de estas rutinas serán necesarias algunas reglas, las cuales deben ser
claras y concretas para que tanto los niños, padres y maestros puedan llevarlas
a cabo de manera sencilla.
Las reglas deben ser
establecidas de acuerdo con las necesidades de cada familia o grupo escolar, y
el cumplimiento de estas implica también disciplinas.
Vale la pena mencionar
un versículo de la Biblia que dice: “Porque el señor al que ama disciplina”
Carta de Hebreos 12:6, entendiéndose que siempre que se manifiesta amor se
habla de corregir por el bienestar de la persona amada. No siempre serán los
mejores padres o maestros aquellos que permiten a los niños hacer su santa
voluntad, pues lo que estos anhelan hacer no siempre es lo mejor para sus
vidas, por eso se habla de reglas para llegar a fomentar hábitos de manera
correcta en los menores. Hay que recordar que no se debe dejar a un niño hacer
su voluntad, ya que puede volverse caprichoso.
Sin embargo, no es
necesario vivir bajo un régimen de terror y disciplina férrea, sino simplemente
marcar y señalar limites para ayudar a los niños a sentirse seguros en su
caminar por la vida.
Los niños deben
entender con claridad que cuando se les llama la atención o se les corrige no
es por falta de amor, sino todo lo contrario, se les hace ver sus fallas por
amor y porque se les desea bienestar.
Para demostrarle a un niño
que su falta o error ha sido disculpado, después de hablar con él es prudente
decirle una palabra de aliento e incluso darle un abrazo, solicitando de el una
sonrisa y brindándole otra.
Hacer hincapié en el
establecimiento de reglas, puede parecer antiguo y pasado de moda, pues hoy se
habla de nunca negarle nada a un niño para no traumatizarlos, de no mencionar
la palabra “ NO” pues seria frustrar su iniciativa y creatividad.
Si desde pequeño a un niño se le permite vivir sin reglas o
disciplina empezara a tener problemas
que van a ir aumentando conforme el vaya creciendo, por l tanto mientras más
grande sea el niño mas grandes serán los problemas. Todo esto puede ser
exagerado y hasta de mal gusto, pues a nadie le gusta que le marquen reglas o
principios para seguir y cumplir, sin embargo a continuación se enlista una
serie de principios que el departamento Houston, Texas, elaboro debido a que
los problemas con los jóvenes son cada vez más graves. El documento se titula “Como
echar a perder a su hijo” y al final señala estos consejos:
- Comenzando desde su infancia, denle todo lo que el desee, así creerá que todo el mundo tiene la obligación de darle cosas sin que el haga el menor esfuerzo.
- Cuando aprenda a decir groserías, ríanse, así el pensara que estas cosas son graciosas y querrá decir otras más chistosas conforme va creciendo.
- Nunca le imponga ninguna educación espiritual, siempre dejen que el decida por sí mismo.
- No vayan a usar la palabra “Malo” con él, puede ser que desarrolle un complejo de culpa.
- Hagan absolutamente todo por el, para que se acostumbre a echar toda la responsabilidad a otra.
- Dejen que lea cualquier revista o libro que encuentren.
- Discutan con frecuencia en su presencia, así no se sorprenderá si su hogar se desbaratara más adelante.
- Regálenle todo el dinero que quiera, nunca dejen que el gane el suyo propio. ¿Por qué ha de pasar las mismas dificultades que ustedes?
- Satisfagan cada antojo y cada capricho que él tenga para su comodidad y placer, complazcan cada deseo, si no, puede sentirse frustrado.
- A pesar de las evidencias siempre defiéndanlo delante de sus vecinos, maestros y la policía, todos están predispuestos en contra de sus hijos.
- Cuando este en líos discúlpense diciéndoles “Nunca pudimos hacer nada por el”
- Prepárense para una vida de tristeza, lo más seguro es que eso van a tener.
Ahora es un momento
ideal para los padres de familia y maestros de reflexionar: ¿Amo tanto a mi
hijo como para marcarles reglas y disciplinarlos? ¿Que estilo de vida deseo que
mis hijos o estudiantes aprendan a vivir? ¿Estoy forjando hombres y mujeres de éxito,
o seres fracasados? ¿Vale la pena señalar y marcar reglas o lineamientos en mi
casa o en el salón de clases?
La respuesta a las
preguntas anteriores y a muchas otras que pudieran surgir en este momento solo
se encontrara en el corazón y en la mente de las personas que deseen hacer el
bien y amar plenamente a aquellos pequeños que tienen en sus manos, con la
dulce responsabilidad de formarlos como hombres y mujeres de provecho para este
mundo en que viven.
Para hablar de
cumplimiento de reglas y disciplina también es necesario hablar de la motivación
para cumplirlas.
¿Qué es la motivación?
Es un factor psicológico,
ya sea consciente o no, que predispone a los individuos a que realicen ciertos
actos o acciones con el fin de conseguir una meta o la satisfacción de una
necesidad, o sea, es la causa o razón que mueve a una persona a actuar de
cierta manera.
De a cuerdo con la definición
anterior, podemos decir entonces que la motivación es el conjunto de causas o
razones que hacen a una persona reaccionar para que haga lo que se espera de
ella.
Por supuesto en el
fomento de hábitos se estará hablando de una motivación positiva para ayudar al
niño a llevar a cabo rutinas que le permiten transformarlas en hábitos
positivos.
Para motivar a un niño
a realizar las actividades que se esperan del será necesario brindarle
incentivos, los cuales podrán ser solo palabras de reconocimiento o algún premio
por lo que ha hecho correctamente, por ejemplo, cuando se está fomentando en un
niño pequeño el habito de ir al baño. para que deje de usar los pañales, es común
que se le aplauda y festeje cuando avisa que tiene deseo de orinar y lo hace en
el sanitario, a lo cual el niño responderá con una gran sonrisa y tratara de
repetir esta situación en otras ocasiones.
Sería maravilloso poder determinar el momento exacto para empezar a inculcar
los hábitos, pero con precisión nadie lo sabe, sin embargo es claro que el
mejor tiempo para enseñar a los niños no solo hábitos sino cualquier cosa
adecuada a su nivel es la primera infancia.
Durante este periodo el
niño aprenderá mas por imitación que por cualquier otro medio, por lo tanto, su
comportamiento será el reflejo de los hábitos que se practican en su casa, o
sea que los padres se convertirán en el espejo en el cual se reflejen los
hijos.
¿Qué es la
responsabilidad?
Un niño es dos pequeños
ojos observando todo lo que se hace, cada movimiento y cada gesto, para
aprenderlo y repetirlo después.
Los niños son el
reflejo de lo que aprenden en casa principalmente, pero no podemos excluir al
colegio, pues el maestro será siempre un factor determinante en el aprendizaje
de los niños.
La presencia del
maestro llega a ser tan determinante en la vida de los niños pequeños que
muchas veces vale más el consejo o la enseñanza dada por el mentor que por los
mismos padres.
En ocasiones los niños
dicen: “Esto se hace así porque así lo hace o lo dice mi maestro o maestra”,
motivo por el cual a veces los padres se acercan al maestro suplicándole le
diga al ni; o que haga alguna cosa, pues a ellos no le obedecen como a él.
Es común ver a niños
que se parecen tanto a su papa o a su mama que hasta caminan igual, hablan
igual, utilizan las mismas expresiones para hablar y buscan imitar en todo a
sus padres, incluso desean estudiar lo mismo que ellos estudiaron.
Después de reflexionar
en lo anterior se puede concluir que vale más que los pequeños que están bajo
el cuidado de los padres observen una vida digna de imitarse y no una vida
digna de lastima, de temor o inseguridad o, todavía peor, una vida que nadie desearía
vivir por tener enfrentamientos constantes con la justicia o con la sociedad en
desacuerdo con su forma de ser.
Ya se menciono que los niños
que crecen siendo amados son niños felices y esto lo manifestaran en cualquier
parte, no obstante el amarlos no significa hacerles todo ni saturarlos de
instrucciones, pues una familia unida e integrada permitirá que cada uno de sus
miembros se desarrolle plena e individualmente para crecer y madurar en franca armonía.
¿Cómo fomentar hábitos
en los niños?
Fomentar hábitos en un niño
no es tarea fácil, requiere de mucha dedicación, paciencia y amor, dicho
trabajo fructifica con el tiempo, pues existen hábitos que se logran más rápido
por ser de práctica continua y sencilla y hay otros que requieren de más
constancia. Para lograr que este trabajo a realizar se lleve a cabo en forma
exitosa, será necesario tener una rutina
constante sobre un hábito específico ya que cuando se quiere inculcar un hábito
en un niño con hacer lo que se pretende una sola vez no es suficiente.
Por ejemplo, si lo que
desea es que el niño aprenda a cepillarse los dientes, con enseñarle una sola
vez no basta, será necesario llevarlo con su cepillo dental y que el sienta
como se hace, después deberá cepillarse los dientes junto con él para que observe
como lo hace usted, de esta forma el niño finalmente lograra hacerlo por si
mismo tres veces al día y así obtendrá el habito correcto para su higiene
dental. Repetir las cosas tantas veces como sea necesario permite al niño
convertir una rutina en hábito y así podrá hacerlo de manera permanente.
Acompañar a un niño en
el fomento de hábitos es un camino largo, pero puede resultar agradable si de
alguna forma se comparten sus victoria., no obstante, puede resultar aun mas
importante compartir sus fracasos, pues un niño puede fallar en innumerables ocasiones
durante la práctica de sus rutinas, pero el acompañarlo en momentos difíciles con
una sonrisa, una palabra de aliento, una corrección o hasta una severa llamada
de atención hará que el niño se sienta amado y tomado en cuenta.
Es necesario tomar en
cuenta que aquí la madre, el padre o el maestro podrán caer en un gran error al
hacerle las cosas a sus niños a cambio de ganar tiempo, es en este momento
cuando se debe recordar que fomentar hábitos lleva tiempo y paciencia, pues sin
duda los adultos podrán realizar la actividad con mayor rapidez, precisión y perfección
que el pequeño, pero es el niño que está en el proceso de aprendizaje y es el que debe efectuar la tarea, no le adulto que
lo esta acompañando en este proceso.
Toda ayuda innecesaria
retrasa el desarrollo, por esto se debe mencionar de nuevo que es posible que
el niño aprenda de una manera más fácil y rápida si observa a otros como
realizan dicho trabajo.
El establecimiento de
horarios para desarrollar la rutina es muy necesario e importante, pues si los niños
hacen las cosas como quieren y a la hora que se acuerden, se fomentaran el
desorden ellos y se tendrá personas desorganizadas, caprichosas, voluntariosas
y con dificultad de adaptarse a las normas sociales. El hombre es un ser de
costumbre y esto se puede ver ejemplificado en la vida de un bebe recién nacido.
Desde el inicio de su vida, es necesario marcarle horarios para su alimentación
y sueño, de lo contrario será muy difícil establecerle un horario cuando vaya
creciendo y por tanto será un bebe llorón y molesto.
Es posible observar armonía
y descanso cuando un bebe desde el principio de su vida se le establecen
horarios para comer, para dormir, para el baño diario, etc.
El señalar
establecimiento de horario como parte importante en el proceso de aprendizaje
no quiere decir que todo deberá ser en un orden estricto y cronometrado, pues también
es necesario tener presente que con flexibilidad es más agradable el
aprendizaje de rutinas y la formación de hábitos. Habrá ocasiones en las que el
horario se vea modificado, por ejemplo con la llegada de visitas a casa, una reunión
o fiesta que termine muy tarde en la noche, vacaciones y muchas otras razones. El
hecho de que el horario de la rutina se modifique no quiere decir que el
trabajo realizado se abandone, antes bien, estas pequeñas alteraciones permitirán
observar la madurez del niño en la adquisición de hábitos, pues volverá a la
rutina que se ha practicado sin ningún problema una vez finalizado el
imprevisto.
Para apoyar el fomento
de hábitos en el niño se puede colocar en algún lugar visible de la casa,
preferiblemente en su habitación o en el salón de clase, un cuadro o tablas de
actividades que le recuerde lo que tiene que hacer, graduando las tareas de
acuerdo con la edad del niño y los hábitos que se van a trabajar.
Tener este cuadro en su
dormitorio, permitirá al niño marcar en el diariamente (durante el periodo que
los padres o el maestro juzguen convenientes) las tareas que haya realizado y
percatarse de las que aún le falta por hacer. Para motivar a los niños se
sugiere mantener las tablas con sus señalamientos durante un mes, y al
finalizar el mismo darle un pequeño premio o reconocimiento, que puede ser un
dulce, un juguete sencillo, un libro o algo que el ni;o haya deseado desde hace
tiempo, sin olvidar felicitarlo por lo que hizo. Por otro lado el niño hará
feliz sus tares si observa a sus padres y maestros trabajar con entusiasmo.