ESTRATEGIAS DIDACTICAS

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jueves, 1 de marzo de 2018

LOS HABITOS











Los hábitos


¿Qué es un hábito?

Es una conducta o comportamiento aprendido que se repite continuamente, o sea, es un modo de proceder o de conducirse de manera correcta, adquirido por la repetición de un acto o conducta, así como también por la tendencia instintiva. Proviene del verbo griego “habitus” que quiere decir costumbre.

Esta definición de lo que es un hábito implica una gama de comportamientos o costumbres que se dan por la práctica cotidiana de rutinas. La mayoría de los hábitos o rutinas que se aplican permiten que las personas puedan vivir sin pensar a cada momento en lo que tiene que hacer para cumplirlos. El tener buenos hábitos permitirá a las personas ser aceptada por la familia y por quienes le rodean, puesto que se comportará de manera correcta, lo que le dará seguridad en las actividades que realiza y le permitirá vivir feliz.





¿Qué son las rutinas?

Los hábitos son parten importante de la vida diaria. Cada persona tiene sus propias rutinas que repite todos los días hasta que estas se conviertan en hábitos los cuales realiza de manera inconsciente, como pueden ser:
  • Cepillarse los dientes.
  • Levantarse diariamente a la misma hora, aun sin tener despertador.
  • Acostarse del mismo lado.
  • Caminar de una cierta forma.


Todas estas rutinas se hacen de manera automática y sin pensarlas por la frecuencia en que se repiten, por lo que al realizarlas permiten ocupar la mente en otras cosas. Un ejemplo de un ritual en la vida de un  niño pequeño es a hora de acostarse, se le llama rutina porque se efectúa a diario y tiene varios pasos a seguir como lo son: quitarse la ropa de calle para ponerse la ropa de dormir, cepillarse los dientes, sentarse en la cama siempre del mismo lado y retirarse las pantuflas para acostarse, poner la almohada siempre de la misma manera y esperar a que venga mama o papa a orar o a leer un cuento para terminar en paz el día, al terminar lo cubren con una manta y le dan un beso deseándole una buena noche.

Esta rutina puede repetirse durante años cada noche, hasta convertirse en un habito muy valioso.

Reglas para el fomento de hábitos

El cumplimiento de rutinas es benéfico para los niños, pues de esta forma se fomentara en ellos la formación de hábitos adecuados para su vida, sin embargo, para conseguir una práctica continua de estas rutinas serán necesarias algunas reglas, las cuales deben ser claras y concretas para que tanto los niños, padres y maestros puedan llevarlas a cabo de manera sencilla.

Las reglas deben ser establecidas de acuerdo con las necesidades de cada familia o grupo escolar, y el cumplimiento de estas implica también disciplinas.

Vale la pena mencionar un versículo de la Biblia que dice: “Porque el señor al que ama disciplina” Carta de Hebreos 12:6, entendiéndose que siempre que se manifiesta amor se habla de corregir por el bienestar de la persona amada. No siempre serán los mejores padres o maestros aquellos que permiten a los niños hacer su santa voluntad, pues lo que estos anhelan hacer no siempre es lo mejor para sus vidas, por eso se habla de reglas para llegar a fomentar hábitos de manera correcta en los menores. Hay que recordar que no se debe dejar a un niño hacer su voluntad, ya que puede volverse caprichoso.

Sin embargo, no es necesario vivir bajo un régimen de terror y disciplina férrea, sino simplemente marcar y señalar limites para ayudar a los niños a sentirse seguros en su caminar por la vida.

Los niños deben entender con claridad que cuando se les llama la atención o se les corrige no es por falta de amor, sino todo lo contrario, se les hace ver sus fallas por amor y porque se les desea bienestar.

Para demostrarle a un niño que su falta o error ha sido disculpado, después de hablar con él es prudente decirle una palabra de aliento e incluso darle un abrazo, solicitando de el una sonrisa y brindándole otra.

Hacer hincapié en el establecimiento de reglas, puede parecer antiguo y pasado de moda, pues hoy se habla de nunca negarle nada a un niño para no traumatizarlos, de no mencionar la palabra “ NO” pues seria frustrar su iniciativa y creatividad.

Si desde pequeño  a un niño se le permite vivir sin reglas o disciplina  empezara a tener problemas que van a ir aumentando conforme el vaya creciendo, por l tanto mientras más grande sea el niño mas grandes serán los problemas. Todo esto puede ser exagerado y hasta de mal gusto, pues a nadie le gusta que le marquen reglas o principios para seguir y cumplir, sin embargo a continuación se enlista una serie de principios que el departamento Houston, Texas, elaboro debido a que los problemas con los jóvenes son cada vez más graves. El documento se titula “Como echar a perder a su hijo” y al final señala estos consejos:

  • Comenzando desde su infancia, denle todo lo que el desee, así creerá que todo el mundo tiene la obligación de darle cosas sin que el haga el menor esfuerzo.


  • Cuando aprenda a decir groserías, ríanse, así el pensara que estas cosas son graciosas y querrá decir otras más chistosas conforme va creciendo.


  • Nunca le imponga ninguna educación espiritual, siempre dejen que el decida por sí mismo.
  • No vayan a usar la palabra “Malo” con él,  puede ser que desarrolle un complejo de culpa.


  • Hagan absolutamente todo por el, para que se acostumbre a echar toda la responsabilidad a otra.


  • Dejen que lea cualquier revista o libro que encuentren.

  • Discutan con frecuencia en su presencia, así no se sorprenderá si su hogar se desbaratara más adelante.

  • Regálenle todo el dinero que quiera, nunca dejen que el gane el suyo propio. ¿Por qué ha de pasar las mismas dificultades que ustedes?

  • Satisfagan cada antojo y cada capricho que él tenga para su comodidad y placer, complazcan cada deseo, si no, puede sentirse frustrado.

  • A pesar de las evidencias siempre defiéndanlo delante de sus vecinos, maestros y la policía, todos están predispuestos en contra de sus hijos.

  • Cuando este en líos discúlpense diciéndoles “Nunca pudimos hacer nada por el”

  • Prepárense para una vida de tristeza, lo más seguro es que eso van a tener.


Ahora es un momento ideal para los padres de familia y maestros de reflexionar: ¿Amo tanto a mi hijo como para marcarles reglas y disciplinarlos? ¿Que estilo de vida deseo que mis hijos o estudiantes aprendan a vivir? ¿Estoy forjando hombres y mujeres de éxito, o seres fracasados? ¿Vale la pena señalar y marcar reglas o lineamientos en mi casa o en el salón de clases?

La respuesta a las preguntas anteriores y a muchas otras que pudieran surgir en este momento solo se encontrara en el corazón y en la mente de las personas que deseen hacer el bien y amar plenamente a aquellos pequeños que tienen en sus manos, con la dulce responsabilidad de formarlos como hombres y mujeres de provecho para este mundo en que viven.

Para hablar de cumplimiento de reglas y disciplina también es necesario hablar de la motivación para cumplirlas.

¿Qué es la motivación?

Es un factor psicológico, ya sea consciente o no, que predispone a los individuos a que realicen ciertos actos o acciones con el fin de conseguir una meta o la satisfacción de una necesidad, o sea, es la causa o razón que mueve a una persona a actuar de cierta manera.
De a cuerdo con la definición anterior, podemos decir entonces que la motivación es el conjunto de causas o razones que hacen a una persona reaccionar para que haga lo que se espera de ella.

Por supuesto en el fomento de hábitos se estará hablando de una motivación positiva para ayudar al niño a llevar a cabo rutinas que le permiten transformarlas en hábitos positivos.
Para motivar a un niño a realizar las actividades que se esperan del será necesario brindarle incentivos, los cuales podrán ser solo palabras de reconocimiento o algún premio por lo que ha hecho correctamente, por ejemplo, cuando se está fomentando en un niño pequeño el habito de ir al baño. para que deje de usar los pañales, es común que se le aplauda y festeje cuando avisa que tiene deseo de orinar y lo hace en el sanitario, a lo cual el niño responderá con una gran sonrisa y tratara de repetir  esta situación en otras ocasiones. Sería maravilloso poder determinar el momento exacto para empezar a inculcar los hábitos, pero con precisión nadie lo sabe, sin embargo es claro que el mejor tiempo para enseñar a los niños no solo hábitos sino cualquier cosa adecuada a su nivel es la primera infancia.

Durante este periodo el niño aprenderá mas por imitación que por cualquier otro medio, por lo tanto, su comportamiento será el reflejo de los hábitos que se practican en su casa, o sea que los padres se convertirán en el espejo en el cual se reflejen los hijos.

¿Qué es la responsabilidad?

Un niño es dos pequeños ojos observando todo lo que se hace, cada movimiento y cada gesto, para aprenderlo y repetirlo después.

Los niños son el reflejo de lo que aprenden en casa principalmente, pero no podemos excluir al colegio, pues el maestro será siempre un factor determinante en el aprendizaje de los niños.

La presencia del maestro llega a ser tan determinante en la vida de los niños pequeños que muchas veces vale más el consejo o la enseñanza dada por el mentor que por los mismos padres.

En ocasiones los niños dicen: “Esto se hace así porque así lo hace o lo dice mi maestro o maestra”, motivo por el cual a veces los padres se acercan al maestro suplicándole le diga al ni; o que haga alguna cosa, pues a ellos no le obedecen como a él.

Es común ver a niños que se parecen tanto a su papa o a su mama que hasta caminan igual, hablan igual, utilizan las mismas expresiones para hablar y buscan imitar en todo a sus padres, incluso desean estudiar lo mismo que ellos estudiaron.

Después de reflexionar en lo anterior se puede concluir que vale más que los pequeños que están bajo el cuidado de los padres observen una vida digna de imitarse y no una vida digna de lastima, de temor o inseguridad o, todavía peor, una vida que nadie desearía vivir por tener enfrentamientos constantes con la justicia o con la sociedad en desacuerdo con su forma de ser.

Ya se menciono que los niños que crecen siendo amados son niños felices y esto lo manifestaran en cualquier parte, no obstante el amarlos no significa hacerles todo ni saturarlos de instrucciones, pues una familia unida e integrada permitirá que cada uno de sus miembros se desarrolle plena e individualmente para crecer y madurar en franca armonía.


¿Cómo fomentar hábitos en los niños?

Fomentar hábitos en un niño no es tarea fácil, requiere de mucha dedicación, paciencia y amor, dicho trabajo fructifica con el tiempo, pues existen hábitos que se logran más rápido por ser de práctica continua y sencilla y hay otros que requieren de más constancia. Para lograr que este trabajo a realizar se lleve a cabo en forma exitosa, será necesario  tener una rutina constante sobre un hábito específico ya que cuando se quiere inculcar un hábito en un niño con hacer lo que se pretende una sola vez no es suficiente.

Por ejemplo, si lo que desea es que el niño aprenda a cepillarse los dientes, con enseñarle una sola vez no basta, será necesario llevarlo con su cepillo dental y que el sienta como se hace, después deberá cepillarse los dientes junto con él para que observe como lo hace usted, de esta forma el niño finalmente lograra hacerlo por si mismo tres veces al día y así obtendrá el habito correcto para su higiene dental. Repetir las cosas tantas veces como sea necesario permite al niño convertir una rutina en hábito y así podrá hacerlo de manera permanente.

Acompañar a un niño en el fomento de hábitos es un camino largo, pero puede resultar agradable si de alguna forma se comparten sus victoria., no obstante, puede resultar aun mas importante compartir sus fracasos, pues un niño puede fallar en innumerables ocasiones durante la práctica de sus rutinas, pero el acompañarlo en momentos difíciles con una sonrisa, una palabra de aliento, una corrección o hasta una severa llamada de atención hará que el niño se sienta amado y tomado en cuenta.

Es necesario tomar en cuenta que aquí la madre, el padre o el maestro podrán caer en un gran error al hacerle las cosas a sus niños a cambio de ganar tiempo, es en este momento cuando se debe recordar que fomentar hábitos lleva tiempo y paciencia, pues sin duda los adultos podrán realizar la actividad con mayor rapidez, precisión y perfección que el pequeño, pero es el niño que está en el proceso de aprendizaje y es el  que debe efectuar la tarea, no le adulto que lo esta acompañando en este proceso.

Toda ayuda innecesaria retrasa el desarrollo, por esto se debe mencionar de nuevo que es posible que el niño aprenda de una manera más fácil y rápida si observa a otros como realizan dicho trabajo.

El establecimiento de horarios para desarrollar la rutina es muy necesario e importante, pues si los niños hacen las cosas como quieren y a la hora que se acuerden, se fomentaran el desorden ellos y se tendrá personas desorganizadas, caprichosas, voluntariosas y con dificultad de adaptarse a las normas sociales. El hombre es un ser de costumbre y esto se puede ver ejemplificado en la vida de un bebe recién nacido. Desde el inicio de su vida, es necesario marcarle horarios para su alimentación y sueño, de lo contrario será muy difícil establecerle un horario cuando vaya creciendo y por tanto será un bebe llorón y molesto.

Es posible observar armonía y descanso cuando un bebe desde el principio de su vida se le establecen horarios para comer, para dormir, para el baño diario, etc.


El señalar establecimiento de horario como parte importante en el proceso de aprendizaje no quiere decir que todo deberá ser en un orden estricto y cronometrado, pues también es necesario tener presente que con flexibilidad es más agradable el aprendizaje de rutinas y la formación de hábitos. Habrá ocasiones en las que el horario se vea modificado, por ejemplo con la llegada de visitas a casa, una reunión o fiesta que termine muy tarde en la noche, vacaciones y muchas otras razones. El hecho de que el horario de la rutina se modifique no quiere decir que el trabajo realizado se abandone, antes bien, estas pequeñas alteraciones permitirán observar la madurez del niño en la adquisición de hábitos, pues volverá a la rutina que se ha practicado sin ningún problema una vez finalizado el imprevisto.

Para apoyar el fomento de hábitos en el niño se puede colocar en algún lugar visible de la casa, preferiblemente en su habitación o en el salón de clase, un cuadro o tablas de actividades que le recuerde lo que tiene que hacer, graduando las tareas de acuerdo con la edad del niño y los hábitos que se van a trabajar.

Tener este cuadro en su dormitorio, permitirá al niño marcar en el diariamente (durante el periodo que los padres o el maestro juzguen convenientes) las tareas que haya realizado y percatarse de las que aún le falta por hacer. Para motivar a los niños se sugiere mantener las tablas con sus señalamientos durante un mes, y al finalizar el mismo darle un pequeño premio o reconocimiento, que puede ser un dulce, un juguete sencillo, un libro o algo que el ni;o haya deseado desde hace tiempo, sin olvidar felicitarlo por lo que hizo. Por otro lado el niño hará feliz sus tares si observa a sus padres y maestros trabajar con entusiasmo.











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