Imagen del
maestro
El maestro
La labor del maestro no se reduce únicamente a enseñar
o a dar a conocer los contenidos que son necesarios para que el estudiante
pueda acceder al siguiente grado.
Es por ello que las aptitudes y actitudes
indispensables dentro de esta profesión son diferentes a las que se refieren en otros campos de la
actividad humana. De aquí que a veces llegan a encontrase con
experimentados arquitectos, reconocidos
médicos, excelentes matemáticos y otros
muchos expertos en las distintas ramas del saber, impartiendo clase sobre todo
en las instituciones de educación superior, que son criticados por sus propios
estudiantes debido a que les es muy difícil lograr transmitir sus
conocimientos.
¿Por qué? Sencillamente porque un maestro, con toda
esa experiencia que procede de la práctica cotidiana, ha desarrollado ciertas
habilidades que no pueden obtenerse con facilidad de otra manera.
¿De qué habilidades se trata? en primer lugar el sabe
cómo definir los objetivos del
aprendizaje y comprende su importancia, porque de ellos depende la
estructuración del contenido, la organización del curso, el diseño de las
actividades y los mecanismos o criterios de evaluación. Y todo en función de
las características grupo. En seguida, es capaz de diseñar el plan de trabajo
del curso en función de su grupo, aunque respetando el programa de estudio.
Luego está el dominio de las diversas técnicas que utilizara en la exposición
de sus clases, en la elaboración de preguntas y para lograr una optima comunicación
interpersonal, sin olvidar las que le son imprescindibles para el control del
grupo.
Como podrá apreciarse un buen educador no logra su
máximo desarrollo con solo una preparación intelectual, científica o técnica. ¡Nada
de eso! También debe tener un profundo conocimiento de las ciencias de la
educación, sumado a toda la experiencia que le sea posible, puesto que esta
última es la que expone las dificultades con las que tropiezan los estudiantes,
la manera de solucionarlas, el método más adecuado para enseñar determinada
materia, los ejercicios más valiosos, las distintas formas de captar la
atención, la mejor manera de impactar con la presencia a los estudiantes, y, en
fin, la correcta utilización de todos aquellos recursos que juntos conforman la
imagen de un maestro.